VAYAN A SUS PUEBLOS, SEAN LUZ EN MEDIO DE LAS TINIEBLAS
VAYAN A SUS PUEBLOS, SEAN LUZ EN MEDIO DE LAS TINIEBLAS Cuando terminaba la carrera de derecho allá por el año 2005, en la ceremonia de mi graduación, estábamos reunidos cerca de doscientos nuevos abogados; el rector de la Universidad dio un discurso que marco mi vida y creo que la de mis colegas que ese día recibíamos la toga como símbolo de lucha por la justicia y la equidad. Sentí que esas palabras eran un mensaje a la conciencia, dichas en tono dulce y lleno de esperanza, con tono alentador, palabras de libertad: "Vayan a sus pueblos y sean la luz en medio de las tinieblas". La voz del rector era una semilla que se sembraba en cada uno de los nóveles abogados, estaba orientada a la ética profesional, ese compromiso de llevar en todos los actos de nuestra vida el no mentir, no robar y no ser ocioso (ama llulla, ama shwa, ama quilla) en nuestro ejercicio profesional, así como estaban orientadas a ser solidarios con los menos favorecidos y sobre todo el compromiso de cambi