LEY DE AGUAS, DIALOGO, REPRESION BRUTAL Y ANARQUIA EN EL ECUADOR

El díalogo es la única herramienta válida para la solución de los conflictos, esto lo sabemos desde que somos niños, pero quiza a quedado como un mero enunciado para el ejecutivo encabezado por el señor Correa, el legislativo por el señor Cordero y porf supuesto por parte de los compañeros indígenas.

Es hora de deponer consignas y actuar pensando en la mayoría de los ecuatorianos, claro que es importante debatir una nueva ley de aguas, pero de manera civilizada, sin imposiciones de ningún sector. Desde la sociedad civil, desde los que no tenemos ni arte ni parte en este conlicto vemos que el gobierno pretende romper a la organización indígena a través de la eliminación camuflanda de las juntas de aguas, estableciendo ua tecnificación y control de parte del estado a estos entes privados, que de paso es lo correcto, pero su objetivo no se queda ahí es sobre todo político, pues el mandatario se ha dado cuenta que estas juntas de agua son el reducto de poder de la CONAIE y pretende eliminar a esta organización tomando el toro por los cuernos, es decir minando sus bases.

la CONAIE en cambio teme perder su espacio organizativo político, es decir sus "bases", su modus vivendi, opara nadie es deconocido que esta organización controla la mayoría de las juntas de agua en el país, que estas sirven como mecanismo de chantaje para que los indios miembros de las comunidades salgan a los paros, levantamientos, mingas, actividades políticas bajo la presión de que "si no sales te cortamos el agua", es más muchos dirigentes gozan de canongías y privilegios con el pretexto de ser presidentes de estas juntas de aguas ya que no rinden cuenta a nadie de los ingresos que perciben, ejecutan su voluntad sin rendir cuenta a nadie. Es por ello que esta organización defiende hasta con las uñas su statu quo.

Basta ya de intereses ocultos de lado y lado, díganle al país la verdad y no se escuden en el pueblo que es el único perjudicado de su actuación irresponsable.

El Ecuador necesita una ley de agua que no sea verde limón ni arco iris sino que tricolor.