20 AÑOS DEL BARRIO "PLAN VENEZUELA" DE LA CIUDAD DE OTAVALO

DISCURSO DEL DR. LUIS ANIBAL YEPEZ FLORES, EN LA SESION SOLEMNE REALIZADA EL DIA 30 DE OCTUBRE DEL 2010, POR LOS VEINTE AÑOS DEL BARRIO VENEZUELA.
20 AÑOS DEL PLAN VENEZUELA:
CUANDO LA NATURALEZA HIZO JUSTICIA CON SUS HIJOS.
El día seis de marzo del año mil novecientos ochenta y siete, mientras todos los habitantes del cantón Otavalo descansaban, un gran movimiento telúrico sacudió al Ecuador, era terrorífico sentir los movimientos y escuchar los bramidos de la madre tierra, fue un sismo de cerca de 7 grados en la escala de Ritcher; producto de este sismo muchas casas resultaron afectadas; pero también este sismo sacude las conciencias de los gobernantes de aquel entonces.
Algunos países se hicieron presentes con su ayuda solidaria hacia los damnificados del terremoto, uno de ellos fue el gobierno de la República de Venezuela, quien realizó un aporte económico para la reconstrucción de las viviendas afectadas, más sucede que como dije anteriormente, el sismo removió las conciencias de las autoridades, pues estas deciden no entregar esos aportes a las personas cuyas casas resultaron afectadas, sino que más bien deciden unir sus esfuerzos para construir con esos dineros entregados por Venezuela un programa de vivienda para las familias más pobres de Otavalo, para eso, el Municipio de Otavalo entrega en donación un lote de terreno de la hacienda San Vicente, el Banco Ecuatoriano de la Vivienda entrega la dirección técnica, hechos con los cuales se da inicio a lo que hoy es el Barrio Plan Venezuela.
En ese mismo año, aproximadamente en el mes de abril inicia el proceso de inscripción de los beneficiarios del programa habitacional que se lo denominó Venezuela, en honor a los donantes del dinero para iniciar el proyecto, inscribiéndose más de trescientas personas, siendo convocados a la primera reunión en la casa antigua de la hacienda San Vicente, actualmente escuela “Valle del Amanecer”, resultando electa en calidad de presidenta la señora Elva López.
Posterior a esta reunión vinieron reuniones sucesivas, mingas, para posteriormente por voluntad de las instituciones impulsoras de programa habitacional conforman un equipo técnico el cual tiene por tarea la selección de los cuarenta y seis beneficiarios de las viviendas, encargando esta responsabilidad a una trabajadora social cuyo nombre recuerdo era Margarita; fue ella junto a las autoridades quienes previo a un estudio socio – económico identificaron a las cuarenta y seis familias más necesitadas de Otavalo para que consigan el sueño de todo ser humano, el de tener una casa propia, con los beneficiarios seleccionados se conformó la nueva directiva siendo electo Presidente Don Marco Campos, quien hoy, luego de varios años y por coincidencia del destino lo tenemos nuevamente como presidente.
Fue el principio del fin de andar arrendando por todos los barrios de Otavalo, de dejar de ver malas caras de los dueños de casa; y, para muchos lograr un sueño imposible, ya que vivíamos en medio de un terreno en una casita de tablas y latas, de cartones viejos o en un kiosko en el que debíamos entrar todos los hijos, o en otros casos con mejor suerte apegados en las casas de nuestros jefes o de algún familiar.
Fue el comienzo de un mejor nivel de vida, que demandó gran esfuerzo de todos los vecinos y vecinas, fueron innumerables mingas y reuniones; la primera que recuerdo fue para limpiar la maleza hasta el rio Jatun Yacu. Al poco tiempo de ello los impulsores del programa habitacional contrataron un grupo de maestros albañiles para que junto con la mano de obra de los beneficiarios, nuestros padres que aportaban mediante las mingas que se hacían por turnos un día a la semana iniciaron la construcción de las que hoy son nuestras casas, entre los maestros que recuerdo están Don Marco Farinango, Don Rafael Cruz, un maestro al que le decían “Pila” y otros cuyos nombres no lo sé pero que recuerdo sus rostros, vaya nuestro agradecimiento para ellos.
Era muy bonito participar en estas actividades, donde toda la familia se unía de distintas formas, unos en la construcción, otros dejando el almuerzo a sus padres o madres, en fin aportando todos en la construcción del gran sueño, también se iban tejiendo las relaciones de amistad y compañerismo, mismas que en el futuro llegaron a constituirse en relaciones eternas, ya que muchos vecinos y vecinas de ese entonces contrajeron matrimonio en el futuro.
El 31 de octubre de 1990, fue el día esperado por todos, fue un día muy especial, el premio a la recompensa y a la constancia, el premio que nos dio la naturaleza que cuatro años atrás había demostrado su poder para sacudir las conciencias y hacer justicia con los más necesitados se cumplió, fueron entregadas oficialmente nuestras casas; ese día recién sabíamos cual era nuestra casa, para ello se anunció un sorteo, todos estábamos nerviosos, nadie sabía que casa le va a tocar, ni quienes serán sus vecinos, al final del sorteo se observaban muchas reacciones, unos sorprendidos, otros medios tristes, otros un poquito enojados, unos reclamando porque a ni no adelante, otros yo quería la esquinera, otros diciendo a mi porque a lado de tal o cual persona, pero en fin todos contentos de tener una casita propia.
Aquí se inicia el verdadero barrio, la gran familia del barrio Venezuela, pues hasta hace poco habían las casitas deshabitadas, pues todos recordarán como fue siendo habitado el barrio, primero estaba la familia Yépez quienes cuidábamos la guachimanía, al poco tiempo vino doña Ricardina, la familia Cueva, don Salazar, don Mozo, doña Tereza, los Heredias y así sucesivamente hasta llenar las cuarenta y seis viviendas, debemos hacer memoria como vivíamos en esos tiempos, pues no teníamos luz eléctrica, pero nos dábamos modos para contrabandearla, cogíamos con unos cables desde el poste de la otra ciudadela, enterrábamos por medio de la calle los alambres, como no recordar en esta parte a Hugo Salazar hijo y su amigo Angel Yépez y Don Marco Farinango quienes conectaban la luz para iluminar nuestras casitas. Otro problema era el transporte, no había buses, cuantos de nosotros hemos caminado inumerables veces desde el centro al Plan, o hemos ido al centro en autocarril, para ahora estar servidos por dos líneas de buses, gracias a las gestiones de vecinos que muchas veces sin ser de la directiva han pedido estos servicios.
Es aquí donde conocimos a nuestros amigos y vecinos, donde muchos hombres y mujeres de ahora éramos niños y niñas que jugábamos y hacíamos muchas travesuras, que irrumpíamos el silencio con nuestros gritos de alegría propios de la infancia y la adolescencia, con juegos muy sanos como las cogidas, escondidas, las guerras, las bolas, las planchas, el boly, el futbol, etc. que hermosos tiempos aquellos, donde había gente sana y no teníamos los problemas que hoy nos aquejan. Como no recordar los triunfos del club Galaxi, los campeonatos deportivos que hacía don Rafa, verdaderos ejemplos a seguir para evitar que nuestra niñez y juventud camine por sendas negativas.
Muchas personas fueron los fundadores de este barrio, muchos de ellos están aquí con nosotros y debemos agradecerles y felicitarles con un fuerte aplauso por su gran esfuerzo para proveer a su familia de un techo propio; pero también muchos se han ido y en este momento deben estar unidos a nosotros festejando estos veinte años; cómo no recordar a vecinos los hijitos de doña Terza y doña Mariana Pavón, la esposa de don Andrade, la abuelita de las brujitas, Don Enrique Gonzalez y la señora Lolita, don Rafael Cruz, don Heredia, la María, don Champutiz, doña Zoila Carlosama, Geovanny Sosa más conocido como el manguila y otros que se me escapan y les pido disculpas por ello, por quienes pido un minuto de silencio.
Como no resaltar ahora también a los buenos hombres y mujeres que han hecho quedar bien al barrio Plan Venezuela con su esfuerzo personal, contribuyendo para la sociedad Otavaleña en su conjunto mire lo positivo de nosotros, he de resaltar en esta parte la presencia de don Marco Campos, nuestro presidente quien con su arte musical ha llegado a lugares importantes, imposibles para muchos; a los señores Champutiz quienes con sus palos de lluvia adornan las casas de muchos ciudadanos extranjeros en todo el mundo; las confecciones de la señora Brito; las actividades personales de Washo Cueva quien ha estado trabajando por muchos años fuera del país, pero con el corazón en este barrio; el impulso de la familia Yépez quienes se han destacado como artesanos exitosos en la rama de mecánica y carpintería; otros como Jairo Vaca quien vivía a lado de la casa de don Tixicuro, ahora exitoso empresario turístico; debemos destacar la presencia de vecinos que han obtenido títulos profesionales y los ejercen dignamente como por ejemplo el profesor Hugo Pérez, actual secretario del comité barrial, el Lic. Carlos Pérez, el Ing. José Medina, el Licenciado Medina, quien les habla del Dr. Luis Yépez, así como de otros vecinos que ejercen sus actividades en calidad de lavanderas, amas de casa, albañiles, operarios, choferes, etc. haciendo quedar muy bien al barrio, a quienes debemos felicitar y sentirnos orgullosos del éxito alcanzado y sobre todo seguir su ejemplo.
Es hora de iniciar la nueva historia, de demostrar a Otavalo y al mundo de lo que somos capaces de hacer la gente de escasos recursos económicos pero con un gran corazón e iniciativas, de demostrar que si bien este barrio está conformada por gente humilde, pero con gran rebeldía para salir adelante, rompiendo esa mala imagen que muchos Otavaleños se han forjado por las malas acciones de unos pocos.
Es hora del cambio, es hora del triunfo, vamos a recordales a los que critican que de los humildes, de los pobres es el Reino de los cielos y que hemos nacido para triunfar.
Un gran ejemplo que debemos imitar los moradores del barrio es el del pueblo Japonés, quienes fueron derrotados en la segunda guerra mundial cuando dijeron lo siguiente: Hoy estamos de rodillas, pero en veinte años nos pondremos de pie y en los próximos veinte años dominaremos el mundo, palabras muy ciertas y que se han cumplido, pues hoy vemos que son dueños de la tecnología, de la industria, son sociedades muy adelantadas.
Lo mismo sucede con nosotros, hace veinte años nos encontrábamos en las peores circunstancias, ahora luego de veinte años estamos mejor y tenemos un techo seguro y en los próximos veinte años dominaremos Otavalo y el Ecuador.

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